Cardinal Joseph W. Tobin, C.Ss.R., D.D. Archbishop | Archdiocese of Newark website
Mis Queridas Hermanas y Hermanos en Cristo,
¡Aleluya! Cristo ha resucitado y nuestros corazones se llenan de alegría. En su exhortación apostólica Evangelii Gaudium (“La alegría del Evangelio”), el Papa Francisco nos dice que, si aceptamos la oferta de salvación del Señor, “seremos liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior y de la soledad”. Como cristianos bautizados, todos nos encontramos en camino. Caminamos juntos tras las huellas de Cristo resucitado hacia nuestro hogar celestial. Esta peregrinación sagrada (la Iglesia Sinodal en misión) no está destinada a ser un tiempo de monotonía y tristeza. Aunque estamos llamados a seguir a Jesús por el camino de la cruz, debemos recordar siempre la promesa del Señor a sus discípulos: “Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en gozo”. Por dos mil años, los santos y los mártires nos han mostrado cómo vivir el Evangelio — y asumir nuestras cruces — con alegría. ¡Todos estamos invitados, con San Pablo, a alegrarnos en nuestros sufrimientos!
"El gran riesgo del mundo actual es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro..." Nos recuerda el Papa Francisco. Estamos llamados a una vida digna y plena, una vida de libertad y alegría. “Nadie debe pensar que esta invitación no va dirigida a él o ella, ya que nadie está excluido de la alegría que trae el Señor”.
En su mensaje de Pascua 2024, el Cardenal Joseph W. Tobin, C.Ss.R. comparte: "Proclamamos con alegría la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, cuya victoria sobre el pecado y la muerte nos ha liberado." Durante esta temporada de Pascua, nuestros corazones rebosan de alegría. En esta Pascua, les deseo una abundancia de la fe, la esperanza y el amor que la resurrección de Cristo nos ha ganado. ¡Aleluya!
El Papa Francisco también nos invita a reflexionar sobre el testimonio que damos de Jesús en nuestras vidas. "A Jesús se le encuentra dando testimonio de Él." Nos recuerda que al salir de nuestros temores y angustias, encontraremos al Resucitado y podremos anunciarlo con alegría. "Cuando se encuentra a Jesús, ningún obstáculo puede impedirnos anunciarlo."
En este tiempo de Pascua, recordemos que somos un pueblo Pascual infinitamente amado. ¡Aleluya!